
Capitanes Edna Rodríguez y Willie Rodríguez | Arecibo, Puerto Rico
Los capitanes Edna y Willie Rodríguez son pastores del Cuerpo de Arecibo de la División de Puerto Rico e Islas Vírgenes del Ejército de Salvación.
Capitana Edna Rodríguez
Lo que más me gusta como pastora es ser testigo de la manera en que Dios transforma a Su pueblo. Me llena el alma cuando alguien acude a nosotros cansado, herido y sin esperanza, pero luego experimenta la paz, el amor y la restauración que solo Cristo puede proporcionar. Hemos visto corazones que se rinden al Señor, familias que se reconcilian y vidas —que antes estaban perdidas— ser restauradas, todo gracias a Él. No hay gozo como el que produce ver eso. Me recuerda cada día por qué Él me ha llamado a servir.
Tengo dos versículos que me guían como pastora. El primero es 2 Corintios 12:9 (RVR1960): «Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo». Ser pastor no es un título ni una declaración de poder. A veces lloramos en silencio y llevamos cargas que otros no ven para abrazarlos mejor con los brazos de Cristo.
El segundo pasaje es Juan 21:17, cuando Jesús le dice a Simón que si este lo ama de verdad, se tomará el tiempo necesario para apacentar a Sus ovejas. Es nuestra responsabilidad guiar espiritualmente a los demás, cuidar de ellos en sus momentos de tristeza y alegrarnos con ellos en sus momentos de victoria. A los pastores no nos impulsa el prestigio ni los aplausos, sino la certeza de que somos obedientes a nuestro llamado y al servicio al Señor, con nuestra verdadera recompensa esperándonos en el cielo.
Capitán Willie Rodríguez
Uno de los ministerios más impactantes en los que participo es acompañar con mi presencia a aquellos que padecen dolor. Cuando estás al lado de alguien durante su estancia en el hospital o le aconsejas en las dificultades familiares, buscas formas de llevarle al Señor. A veces, puede hacerse evangelizando o compartiendo verdades bíblicas. Pero el verdadero ministerio lo constituye tu presencia como su pastor. Somos herramientas e instrumentos de Dios. Las pequeñas obras que hacemos se vuelven poderosas en Sus manos. Tenemos el privilegio de formar parte de Su gloria en esos momentos.
Hechos 20:28 (RVR1960) dice: «Mirad por vosotros y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto como obispos. Para apacentar la Iglesia del señor, la cual él ganó por su propia sangre». Recurro a este versículo cada vez que me siento abrumado por nuestras agendas ocupadas o cuando empiezo a pensar que tenemos demasiadas cosas de las cuales ocuparnos. Eso me recuerda por qué somos Oficiales y pastores del Ejército de Salvación. Así como Jesús no vino a ser servido, sino a servir, nosotros estamos llamados a servir, a cuidar de Su Iglesia y a ayudar a los demás a crecer en su fe y a estar más cerca de Él.
«Y os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con ciencia y con inteligencia.»
–Jeremías 3:15
Octubre es el Mes de Agradecimiento a los Pastores, por lo que nos gustaría darles las gracias a nuestros Oficiales del Ejército de Salvación —los pastores— por su fe, su dedicación y el arduo trabajo que hacen por sus comunidades y por el Señor.