Cómo disfrutar la Navidad

Escrito por Madelaine Dwier


Si hiciéramos una encuesta acerca de cuál es la temporada más popular y esperada por todos, sin duda que la Navidad sería la ganadora. La mayoría de las personas esperan con gran anhelo las navidades, ya que representan regalos, adornos, comidas especiales, fiestas y tiempo familiar. Pero ¿qué sucede cuando la época “más feliz del año” es para nosotros una de tristeza o soledad?

Recuerdo aquellos años cuando recién inmigré a Estados Unidos. Mi familia, mis amigos, todos quedaron atrás, en mi país. Sin embargo, a mi alrededor, todos tenían una fiesta a la cual ir, un regalo que comprar, alguien con quien compartir; pero yo no tenía a nadie. Es probable que, como yo, hayas pasado por una circunstancia parecida. Tal vez estés sufriendo la pérdida de un ser querido o pasando un tiempo de transición difícil en tu vida. Y aun así, a pesar de las luces, los adornos y la música festiva, sientas que no hay nada que celebrar. No eres el único, muchos se sienten como tú.

¿Qué hacer entonces? ¿Cómo podemos enfrentar estos tiempos festivos, cuando nuestro corazón no encuentra nada que celebrar y nuestra mente está llena de pensamientos negativos o tristes? ¿Cómo enfrentamos las navidades cuando nuestra realidad interior no encaja con nuestro exterior? Mi consejo es el siguiente: asume, aunque sea por un tiempo, una de estas dos emociones:

Gratitud y esperanza

Modificar las emociones resulta en la transformación de nuestra manera de pensar, lo cual puede cambiar nuestro comportamiento. Esto es lo que, en psicología, llamamos Terapia Cognitivo-Conductual. Este enfoque, de acuerdo a la Asociación de Psicología Americana, es una de las maneras más eficaces de superar la tristeza y mejorar la calidad de vida de una persona.

A continuación veamos algunos consejos prácticos acerca de cómo optar por la gratitud y la esperanza:

La gratitud no es una emoción circunstancial, es más bien un estilo de vida. Por lo tanto, no depende de que todo vaya bien en la vida, sino de la decisión que uno tome en cuanto a notar, recordar y enfocarse en ciertas cosas, aunque sean pequeñas, por las cuales podemos estar agradecidos. La mejor manera de poner esto en práctica es haciendo una lista de personas, lugares, experiencias (pasadas y presentes) por las cuales sentimos agradecimiento. Cuando hagas tu lista de gratitud acepta las cosas por las que no estás agradecido y enumera las que aprecias. Incluir oración en nuestra práctica de gratitud amplía aún más su efectividad.

La esperanza, por otra parte, es una de las estrategias de cambio más poderosas que existen. No hay ninguna situación debajo del sol que sea desesperanzadora por completo. Veamos cómo practicar una solución eficaz: imagínate un futuro mejor. Imagínate cómo sería una Navidad futura más placentera; enumera lo que tendría que pasar para que eso ocurriera y después comienza a pensar en los pequeños pasos que darías para convertir esa esperanza en realidad. Usar la imaginación para fomentar nuestra esperanza es un arma muy poderosa. ¡Inténtalo!

A todo esto, por supuesto, tengamos en cuenta que Dios es el origen de la Navidad, de la gratitud y de la esperanza. Enfocar nuestros pensamientos en eso nos ayudará a no solo superar este tiempo navideño, sino a encontrar contentamiento en él.